06 septiembre 2009

Innegable crisis del IPAUSS: dio a luz a su bebé en un colectivo y la obra social no le cubre el boleto

Los médicos no saben cómo decirle a la madre que el niño nació fueguino.
El IPAUSS, ya pocos lo dudan, está pasando por una situación difícil. El organismo, que fuera orgullo de los fueguinos, hoy representa todo lo contrario. Incluso, habitantes de Ushuaia, cuando son visitados por familiares de otras provincias, evitan decirle que hay un Instituto de Seguridad Social, y cambian violentamente de tema si se les pregunta sobre la existencia de esa entidad. Sí: hay fueguinos que hoy sienten vergüenza del Instituto.
El mal momento de la institución quedó a la vista ayer, cuando una afiliada dio a luz arriba de un colectivo de Tailem, mientras intentaba llegar a tiempo a una clínica para ser asistida en el parto, y ahora se enteró de que la obra social no le cubrirá el costo del boleto del ómnibus.
"Presenté el boleto, para que me reintegren el importe, pero me dijeron que la obra social no me lo cubre, porque no hay convenio prestacional entre tailem y el Instituto", contó Mariana Rotzken, una empleada municipal que dio a luz a un robusto varón de 3,800 kilos en la noche del sábado pasado.
La mujer, de 35 años, dijo que su ginecóloga le había fijado fecha de parto para el 5 de septiembre, pero que el sábado por la tarde comenzó a sentir fuertes dolores. "Pensé que era por haber bailado mucho con el programa de Sergio Sarmiento los viernes, y me fui al baño, pero sin resultados. Entonces me dije '¿no será que este pendejo de mierda está queriendo nacer ya?' Y sí, era nomás, así que me tomé el cole para ir al sanatorio, pero en el camino no pude más y le avisé al chofer que me tenía que ayudar", contó.
Mariana dijo que en realidad su idea era tener al bebé "con ese sistema que yo vi varias veces en el Discovery Channel, donde a la mujer la ponen en una pileta, y el parto es bajo el agua. Quería eso porque dicen que es mucho menos doloroso y más tranquilo. Pero en la obra social me dijeron que eso no me cubrían; que a lo sumo me podían dar una palangana grandota", recordó.

mujer dice que durante todo el embarazo notó que en el IPAUSS buscaban reducir al máximo los gastos en la cobertura médica. "Hasta me ofrecieron que al nene lo tuviera en el despacho del señor Sinchicay, con una cesárea que la iban a hacer entre el mismo Sinchicay y Peralta", reveló.
Los regateos fueron una constante en los nueve meses. "Hace un rato fui a buscar la lata de leche en polvo que me tienen que dar por el Plan Materno Infantil, y me dijeron que no tenían, pero como para compensar me dieron maíz para hacer pororó. Según el médico que autoriza todo ahí, el bebé lo puede comer, pero tengo que licuar el pororó y ponerlo en la mamadera", dijo.
Mariana también recuerda el momento en que fue a buscar sus primeras órdenes de consulta, que debían ser gratuitas por su condición de embarazada, y cómo las personas que la atendieron se lanzaban indirectas claramente dirigidas a ella. "Uno le decía al otro 'No sé para qué algunas se dejan garchar sin cuidarse, y después quedan preñadas y andan jodiendo a los organismos públicos', y el otro me miraba fijo, como con asco, diciendo 'con tanta atorranta suelta cómo no se va a ir al carajo el déficit'", contó.
El sábado, en el colectivo, las cosas no fueron mejores. "El chofer me ayudó, pero con la excusa de que me quería preparar, me metió mano por todos lados y me mamó un buen rato, diciendo que le quería dejar preparada la teta al nene. Fueron él y tres pasajeros que iban adelante contando cuentos con él antes de que yo pidiera ayuda", dijo Mariana.
El presidente del Instituto, Sinchicay, relativizó los reclamos de la mujer. "La gente es muy cómoda, quiere parir en una cama, y si es en una clínica mejor. Si Eva hubiera sido tan delicada como esta yegua, la humanidad nunca hubiera sido", reflexionó.

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