21 abril 2010

LOZANOGATE Y EL CLUB DE LA IMPUNIDAD

La información consigna que, el personal de vigilancia del Ministerio de Economía encontró escondido debajo de un escritorio a un hombre, equipado con un viejo portafolios, dos linternas, una lupa, una corbata y una toalla. El hombre se llama Roberto Larosa, es economista y asesor del diputado Claudio Lozano, del partido Proyecto Sur, que preside el señor Fernando Solanas Pacheco. Todo indica, según se desprende de la detención del sujeto, que el tal Larosa habría estado realizando tareas de espionaje en las oficinas del Ministerio.
De inmediato, y aprovechando el colaboracionismo mediático de que goza, el señor Solanas Pacheco salió presuroso a proteger a su diputado, alegando que el hecho habría sido "armado por el kirchnerismo".
Lo que el señor Solanas Pacheco no explica es cómo hizo el kirchnerismo para convencer al economista y asesor Larosa de meterse bajo un escritorio con el equipamiento descripto. No lo explicará tampoco. Pertenece al selecto grupo del Club de la Impunidad.
En estos días, los diferentes blogs reflejamos los dichos del señor Solanas Pacheco en una de sus tribunas televisivas preferidas: el programa de Clara Mariño, antigua productora del felizmente muerto Bernardo Neustadt. Allí Solanas Pacheco de despachó afirmando (en consonancia perfecta con el diario Clarín) que el Jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, mantenía "una banda" de blogueros a sueldo que se especializaba en atacar e injuriar a miembros de la oposición. No cometió la desmesura de Ricardo Roa, que habló de "guerra sucia" en internet, pero lo dejó traslucir. Nos injurió olímpicamente.
¿Algún fiscal actuó de oficio para solictar al señor Solanas Pacheco pruebas de semejante acusación?
No. Como nadie lo hizo con el diario Clarín.
Como tampoco ningún fiscal se sintió en la obligación de pedir pruebas al jubilado de privilegio Marcos Aguinis, quien afirmó la existencia de "grupos armados" oficialistas, en el programa de Morales Solá, por TN.
Como tampoco se citó a Carrió cuando declaró que "Buenos Aires era una emboscada" para los agrogarcas en protesta. O cuando Morales habló de personal armado en la Tupac Amaru.
Es evidente que hay gente en el país que goza de una inaceptable impunidad.





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