02 marzo 2010

Ante el posible freno a los paros, señalan que es fundamental ayudar a los docentes a asumir que los fines de semana tienen sólo dos días


Creen que muchos docentes no lograrán rehacer sus vidas.
La decisión del gobierno provincial de descontar a partir de ahora los días no trabajados por los docentes a raíz de huelgas en reclamo de otro aumento salarial, podría bajar los niveles de adhesión de los maestros a los paros, y a la vez generarles un profundo trauma al encontrarse, de pronto, con que los fines de semana tienen dos días, no tres ni cuatro.
"Es algo que va a haber que manejar con mucho cuidado, y el apoyo que tengan por parte de sus familias los docentes habituados a hacer paros, será fundamental. Eso y la asistencia profesional pertinente", dijo a UB tono Perez el psicólogo Manuel Fisgoni, especializado en estrés postraumático.
Ese docente que venía acostumbrado a hacer noni-noni hasta tarde o pegarse una flor de siesta todos los viernes o lunes, ahora puede caer en un cuadro depresivo muy fuerte, cuando comienza a asumir el hecho de que tienen que laburar en esos días", explicó el profesional, quien dijo que tanto él como algunos colegas ya empezaron a recibir consultas originadas en el asunto.
El ministro Aramburu, fue el encargada de anunciar, el lunes pasado, que se descontarán los días de paro a quienes se sumen a las protestas gremiales. Lo hizo luego de que el lunes se viera frustrado el inicio escolar 2010. "Es horrible la sensación no se lo deseo a nadie. Al final uno esperaba un fin de semana de cuatro días, y hay que ir porque empiezan con los descuentos. Yo me pregunto: ahora que me enganché con 'Botineras', ¿quién me paga a mí el hecho de no poder seguir más la historia?", planteó, muy irritado, el docente Félix Pericoff, quien da clases a veces en una escuela pública del centro.
Algo que los especialistas no logran explicar es por qué las huelgas se colocan en días lunes o viernes, cuando se trata de protestas de 24 horas, o en lunes-martes y jueves-viernes cuando son de 48. "Es que el miércoles es mufa. Por ejemplo, fue un miércoles que nació Elio Roca", explicó un dirigente gremial consultado por U.B. Tono Perez.
Fisgoni dice que ahora las familias de los docentes "deben darles mucho contención los jueves y los domingos, e incluso convertir al acto de ir a laburar al día siguiente en un juego. Por ejemplo, apostar dinero y que gane el que se levanta y se viste primero para ir al trabajo. O decirle al docente 'Ayyy, qué guapo/a está el señor/la señorita, en la escuela todos se van a babear por usteeeed' cuando le toca asistir en un día en el que hay huelga convocada", recomendó.
El psicólogo dice que también es importante la recepción en el hogar luego del día trabajado en jornada de paro. "Colocar un pasacalles con expresiones de cariño, o dejarle un peluchito de regalo sobre la cama para que lo encuentre y se sorprenda, son pequeñas cositas que pueden mejorar el ánimo de esa persona que, de pronto, siente que le cambiaron el mundo y que todo gira a su alrededor, como en un poderosísimo remolino", planteó.



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