14 mayo 2010

Luego de la revelación de Evo sobre la conexión entre comer pollo y ser gay, Tono Perez. detalla las secuelas sexuales de otros alimentos

Los espárragos, consumidos en la mesa conyugal, pueden provocar destructivos enviciamientos.
Ante las afirmaciones del presidente de Bolivia, Evo Morales, revelando que la homosexualidad es producida por el elevado consumo de carne de pollo, muchas voces se alzaron para criticar al jefe de Estado y considerar que incurrió en una forma retrógrada de pensamiento.

Sin embargo, es fácil comprobar que lo que dijo Evo es cierto. Basta con que el lector interrogue a cualquier amigo gay, y le pregunte si alguna vez comió pollo. Verá que todos le dicen que sí.

Pero dejando de lado esa discusión, nos importa esta vez, además de bancar a muerte a Evo, ampliar la información sobre los distintos alimentos y sus consecuencias en la vida sexual de los consumidores.

Productos derivados de la vaca: En la mujer, la leche provoca un importante crecimiento de los pechos, tomada en ciertas dosis (al menos doce litros diarios). En el hombre, la carne vacuna genera una tendencia a guampear. Por eso, los altos índices de infidelidad masculina no son un acto de mala fe, sino culpa de la pasión argentina por el asado.

Carne de caballo: Presente en mortadelas y algunas milanesas de bares, favorece el alargamiennto del miembro viril (sobre todo si se toman dos bifes y con ellos se frota la garompa una hora por día).

Arroz: Consumido en ciertas cantidades, hace que la mujer se ponga medio puta.

Arroz integral: Hace que la mujer se ponga totalmente puta.

Carne de zorro: Aumenta la astucia para zafar de situaciones en las que estamos a punto de ser descubiertos en una trampa. No obstante, hay que tener cuidado con los excesos, porque en ciertas situaciones se llega a una compulsión por inventar excusas incluso para situaciones totalmente transparentes. Por ejemplo, que la mujer de uno entre a la casa, y uno espontáneamente diga "nada que ver, no la culeé ayer a la del 5ºB, yo estaba en un asado con los vagos" antes de siquiera cruzar saludos.

Empanada de pollo: Produce también homosexualidad, pero más introvertida.

Carne de cerdo: Como dijo la presidenta de todos los argentinos, incrementa notablemente el deseo sexual. Pero cuidado hombres: mezclada con carne de pollo te puede hacer terminar con el orto a la miseria.

Caldo de gallina: Altos índices de producción de lesbianismo.

Sopa: Favorece el sistema cucharita.

Espárragos: La singular forma de estos alimentos induce a la mujer al vicio descontrolado, y al hombre le genera inmensas dudas e introspecciones. En todo caso, servirlos cortados en daditos.

Limón: Al hombre le hace cambiar el rictus hasta quedar con cara de culo. La mujer sigue igual.

Banana ecuatoriana: Hace que la mujer no valore tanto a su marido.

Pastas: La mujer se torna celosa, cuestiona todo lo que hace su esposo o novio, demanda permanentes definiciones y redefiniciones sobre el sentimiento del otro después de cada encuentro sexual, ahí donde uno ya quiere dormir de una puta vez. En cambio, si no come pastas, también.

Pan flauta: En ellas mejora la performance en el sexo oral. En ellos incrementa el gasto en queso y jamón crudo.

Ostras: En el hombre aumenta el deseo sexual, pero sin que sea correspondido (las ostras son frígidas).

Caviar: ¿Para qué carajo leés esto si en la puta vida vas a comer caviar?

Cerezas: Con luz tenue, ayuda a pensar que uno está con Kim Bassinger. Con mayor luminosidad, hará que busques trocitos de queso para acompañar.

Nueces: Un gran afrodisíaco natural. Mantener lejos del alcance de los niños y de los jardineros.


Y tú, oh, amigo, ¿qué otra relación entre alimentos y sexualidad conoces


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